Circulo Polar Artico

No hay palabras para describir la emoción que sientes cuando admirando el cielo estrellado, aparecen y bailan ante tí auroras boreales. No es un sueño, es una realidad hermosa, es un espectáculo único digno de ver al menos una vez en la vida.

Llorar ante semejante belleza, es simplemente la causa más racional que provoca. Llorar por la emoción, asombro, conmoción, admiración y fascinación, que provocan.

O como diría mi tío, sencillamente se te queda cara de gilipollas! Ver foto



Si, ese fue el highlight del viaje, ver Auroras Boreales, pero aprovechamos bien el tiempo y nos dio para visitar Gante y Bruselas en Bélgica, comer chocolate, mejillones con patatas, caracoles, ostras y otras delicias.
 




Una vez ya en Noruega, pasado el Circulo Polar Ártico, llegamos a Tromso donde Cris y Euge nos esperaban. Me encantan los reencuentros en cualquier lugar del mundo, pero en especial con ellas, mis almas viajeras.

 

Recorrimos durante 4 días Tromso y alrededores, península Kvaloya o la de Lyngen, y parábamos a cada rato, alucinados por la belleza de lugares, paisajes y rincones en el camino, disfrutar del otoño y el frío, y para que Nico probara suerte con la caña y pescara en los fiordos. Picnics improvisados, mil fotos, mil clicks, mil risas y naturaleza en estado puro. Felices!



  

  

En la ruta, localizábamos lugares para volver por la noche en la búsqueda de auroras, y 3 de 4 noches tuvimos muuuucha suerte y allí estaban, ante nuestros incrédulos ojos que admiraban el espectáculo de luces y formas singulares que nos regalaban. La ultima noche, hasta se veían desde la terraza del Bar donde brindábamos por lo viajado y vivido, por la amistad y por otras aventuras a vivir muy pronto.

 

Hurtigruten. El antiguo barco que entregaba el correo en los recónditos y casi inaccesibles pueblos del litoral noruego, es hoy otra forma de viajar y conocer mucho en poco tiempo es a través de estos ferrys cruceros cargueros. Fiordos imposibles, las islas Lofoten o cruzar el simbólico círculo polar ártico fue una auténtica experiencia.

 

Trondenheim

  

Bergen

 

Dia en Copenahgue